jueves, 23 de mayo de 2013

Colaboración a Mis Chiquiticos.com



Me convertí en la mamá de un hermoso bebé prematuro el 17 de Noviembre de 2012 con 34 semanas de embarazo (Ironías de la vida ese es el Día Internacional del Bebé prematuro) cuando me tuvieron que hacer una cesárea porque había perdido todo el líquido amniótico. En ese momento tuve una confusión de sentimientos, porque no sabía si sentir miedo, preocupación, ansiedad, culpa o felicidad porque ya iba a conocer al regalo que Dios me había enviado.

No tenía ni idea de lo que involucraba tener un bebé prematuro, porque a nadie le pasa por la mente ni por un segundo que va a tener una complicación en el embarazo y que terminará de esa manera.

Son momentos difíciles porque como mamá de un prematuro no puedes cargarlo de manera tan inmediata como a un bebé a término, yo pase un día y medio para poder verlo por primera vez fuera del Quirófano y para cargarlo pasaron muchos días…

Lo que realmente me dio fuerzas para soportar esa situación tan dura fue mi fe en Dios, el apoyo de mi madre y por supuesto observarlo a él en la incubadora luchando cada día por mejorar y con esa mirada que me decía más de mil palabras…

Yo le aconsejo a todas las madres que están pasando por ésta circunstancia que cuando entren a la visita en el centro médico donde se encuentre su bebé, dejen todas las lágrimas afuera porque ellos las están esperando adentro para que les transmitan amor, seguridad y tranquilidad.

Cuando estén con ellos hablen de todas las cosas y las personas con las que se van a encontrar afuera cuando les den de Alta, díganles lo orgullosas que se sienten de ellos por estar luchando para estar sanos.

Fuerza mamá! Porque ustedes son esa roca a la cual ellos se están aferrando para salir adelante, así que nada de sentirse acongojada, recuerda que tu hijo está luchando por los dos y por estar a tu lado.

Ser la mamá de un prematuro ha enriquecido muchísimo mi vida, además creo rotundamente que estos bebés son unos guerreros de la vida pues siendo tan pequeños pasan por tanto; por esta razón no me rindo ante ninguna situación porque si él pudo siendo un bebé, cómo no voy a poder afrontar todo esto yo siendo una adulta y su mamá.

La maternidad para mí se ha convertido en una etapa maravillosa de amor incondicional, felicidad, cambios, aprendizaje, risa, ternura, fortaleza y paciencia (he aprendido a tenerla desde que soy mamá). Como madre primeriza he llamado al Pediatra de mi hijo mil veces preguntándole cualquier cosa, de igual forma a mi mamá, porque aunque he leído muchos libros hay secretos que solo nuestras madres saben.

La maternidad me ha enseñado a comer con una sola mano y corriendo para poder atender a mí bebe con la otra, a aprenderme todas las canciones de los dibujos animados que pasan en el Canal Disney Junior… entre muchas otras cosas que resultan muy graciosas.

Es una aventura emocionante que solo tiene idea aquella mujer que ha pasado por la experiencia de la maternidad. Simplemente siento que estoy pasando el mejor momento de mi vida y junto a un amor que nunca se va a terminar.

Recuerden mamás que después de la tormenta siempre viene la calma, pueden contar con mi apoyo cuando lo necesiten.

Un Fuerte Abrazo!

Fuente: Jhoanny Herrera

1 comentario:

  1. Me ha encantado tu Post!!! Es cierto que los bebés prematuros requieren cuidados especiales médicos pero en foros con grupos médicos y de madres, con lecturas que he realizado es también importante para ellos en esos momentos estar en el pecho de mamá, o sea, en su rebozo, con su calor corporal, escuchando los latidos del corazón así sea unos minutos todos los días. Además, si la mamá se extrae la leche y se la suministran es vital para su pronta recuperación de peso y talla. Tal como dices, la maternidad cambia por completo el modo de ver la vida y sentirla de otra manera. Saludos!!

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