Los bebés prematuros vienen al mundo antes que los bebés a
término. Los partos prematuros son aquellos que tiene lugar antes de que se
hayan cumplido 37 semanas de embarazo; los bebés a término nacen entre 37 y 42
semanas después del último período menstrual de la madre.
Los
problemas de este bebé se centran en la dificultad para adaptarse al medio
extrauterino por su inmadurez y su bajo peso. Es importante conocer que el bebé experimenta su mayor
crecimiento en las últimas 8 semanas de embarazo. En las primeras 32 semanas se
adquiere 1/3 del peso total y en las últimas 8 semanas los 2/3 restantes.
El
sistema respiratorio es uno de los más afectados. Los pulmones, para poder
funcionar correctamente y realizar el intercambio de oxígeno hacia los tejidos
del bebé, necesitan una sustancia llamada surfactante, que impide el colapso de
los alvéolos pulmonares. El bebé prematuro tiene poco surfactante y esto
le impide llenar sus pulmones con el aire ambiental. A este problema se lo
denomina síndrome de membrana hialina. Básicamente el bebé no puede expandir
sus pulmones y respirar por sí solo. Se le debe administrar surfactante
artificial y soporte respiratorio con aparatos especiales.
Los
bebés prematuros carecen de la grasa corporal necesaria para mantener la
temperatura corporal, incluso aunque estén bien abrigados con mantas. Por este
motivo, se utilizan incubadoras o calentadores radiantes para mantener su
temperatura en la UCIN. El hecho de mantener la temperatura de los bebés dentro
de los márgenes de la normalidad les ayudará a crecer más deprisa.
Las incubadoras están
fabricadas con plástico transparente y rodean completamente el cuerpo del bebé
para mantenerlo cálido, reducir las probabilidades de infección y limitarla
pérdida de agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario